El pasado 24 de marzo se desarrolló en Europa una reunión denominada ‘Invertir en la acción climática’, el encuentro reunió a líderes del continente que compartieron sus planes de implementación nacional e internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55 % para 2030.
Además, con el ánimo de incentivar la inversión en esta meta, el Banco Europeo de Inversiones (BEI, el mayor prestamista multilateral del mundo) asumirá el papel de “banco de la UE para el clima” y alineará todas sus actividades con los objetivos estipulados en el Acuerdo de París. Entre otras cosas, el BEI se ha comprometido a respaldar inversiones por un billón de euros en acción climática y sostenibilidad medioambiental a lo largo de la próxima década.
Según información reseñada por el medio El Tiempo, la acción climática demanda amplios cambios estructurales y enormes niveles de inversión en todo el mundo. Solo en Europa, para cumplir la nueva meta de reducción de emisiones fijada para 2030 se necesitará una inversión anual adicional del orden de los 350.000 millones de euros (417.000 millones de dólares). Pero esta cifra no es nada en comparación con los costos de la inacción.
Desde 2019 se construyó la hoja de ruta ‘Pacto Verde Europeo’ que contribuirá a cumplir la meta en 2030, este documento apunta a una nueva estrategia europea de crecimiento que busca guiar una transición a una economía más competitiva y con mejor uso de los recursos, para transformar la UE en una sociedad más justa y próspera. En definitiva, el objetivo es llegar a la emisión neta nula de GEI en 2050.
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Redacción OAB
