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Llantas usadas que se convierten en juegos y obras de arte

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Un grupo de jóvenes bogotanos preocupados por el medioambiente transforman estos elementos en esculturas, su idea es distribuirlas en varios lugares de la capital.

Cada año cerca de 1.000 millones de neumáticos son desechados a nivel mundial. Esto se convierte en una grave problemática cuando la vida útil finaliza, cuando ya no se pueden reencauchar para reutilizarlos. Es común ver estos residuos en las calles, carreteras, ríos y bosques afectando diversos ecosistemas.

Ante esta realidad, varios países han desarrollado proyectos para recuperar el caucho de los neumáticos y emplearlos como poder calórico en calderas, en procesos industriales (pistas atléticas, calzado, parques) e insumo en mezclas asfálticas para la rehabilitación de las vías.

En Colombia, un grupo de jóvenes de la Fundación Trec Art, apoyados por la Casa de la Juventud de la localidad de Chapinero, decidieron recolectar los neumáticos viejos de la calle para convertirlos en llamativas esculturas, y así incentivar la protección de los animales en peligro de extinción.

Entre las obras de la fundación hay jaguares, dragones, cocodrilos, jirafas, burros, tarántulas, motocicletas, estacionamientos de bicicletas, entre otros. También han elaborado coloridos maceteros para jardines, terrazas o balcones para fomentar la siembra de plantas.

La propuesta nació hace dos años bajo el liderazgo de Juan David Carrillo, un economista, que, tras cursar por distintos empleos, decidió cristalizar su sueño de emprender un proyecto que favorezca el medioambiente de Bogotá.

“La idea surgió frente a una problemática que viví a raíz del trabajo de mi padre. Él es transportador de carga pesada y en los recorridos en los que lo acompañé observé que por los lugares donde circulaban las tractomulas había muchas llantas tiradas, comenta Juan David.

La propuesta inició como un emprendimiento que a medida que se daba a conocer logró consolidarse. “Estructuré mejor el proyecto y participamos en una convocatoria de la Alcaldía local de Chapinero, logrando el primer puesto. Conseguimos presupuesto, convoqué al equipo y empezamos a trabajar, recuerda Carrillo.

Tras finalizar la primera fase del proyecto, Juan David decidió seguir con su plan, pero ahora como fundación junto a sus amigos: Evelyn Aristizábal, Wilmer Laverde y Camilo Pineda.

Para la elaboración de las esculturas, Evelyn Aristizábal, licenciada en educación comunitaria y cofundadora de la fundación, indica que el primer paso para convertir las llantas en esculturas es la identificación de los lugares con mayor incidencia de neumáticos para luego hacer la recolección. Ya con la materia prima, inicia el proceso de lavado y sistematización del material de acuerdo al uso que se le dará, finalmente se transforman las partes, pintándolas y agregando otros materiales reciclados como tapas de botellas y latas de atún para complementar los detalles de las piezas.

“Al inicio empezamos a crear materas, pero luego vimos la necesidad de recrear animales que están en peligro de extinción, queremos crear conciencia a través del arte y generar un impacto con las figuras”, añade Evelyn.

Para el licenciado en Biología Camilo Pineda, quien es el encargado de pintar las figuras, formar parte de la fundación es una oportunidad de aprender y poner en práctica sus pasiones, los grafitis y la biología. “Me gusta aprender de lo que mis compañeros saben y enseñar lo que yo sé, este espacio fue donde me di cuenta que hay maneras de hacer lo que me gusta, aplicando mis conocimientos profesionales…y poder hacer algo para ayudar al planeta a través del arte”.

En la misma línea piensa Wilmer Laverde, líder comunitario del Chapinero, quien llegó a Trec Art motivado por la labor de recuperación de zonas olvidadas de la ciudad, “así no lo valoren o no lo aprecien, embellecer cosas que se consideren perdidas, es una satisfacción grande”.

Pese a los pocos años de funcionamiento de la fundación, sus satisfacciones son muchas, desde la construcción de dos eco parques, uno en la Casa de la Juventud y otro en el barrio Marichulea, en Usme; hasta la difusión de sus obras en varias localidades.

Trabajo que ha llevado a Trec Art a ser reconocida como proyecto líder en Bogotá por el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) y por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

La fundación busca ser sostenible, para tal fin esperan recibir apoyo internacional para que su proyecto siga difundiéndose por todo el país. Mientras tanto están impulsando una campaña llamada ‘Nueva-Mente, Ecología en Movimiento’, donde varios emprendedores de diferentes fundaciones u organizaciones puedan vender sus productos ecológicos, entre ellos las obras de Trec Art.

“Al momento somos cinco organizaciones, las personas interesadas en comprar nuestros productos pueden hacerlo a través de la página www.nueva-mente.co y redes sociales como nueva-mente ecología en movimiento”, agrega Juan David.
Mientras que Andrés Orjuela, gestor Territorial de la Casa de la Juventud de Chapinero, asegura que el proyecto busca “brindar centros para jóvenes para en vez de estar en la calle con vulneración de algunos derechos, inseguridad y todo lo que les pueda suceder; estén en un centro seguro con espacios gratuitos con recursos que les permitan expresarse dentro de un ambiente juvenil”.

La fundación actualmente está creando un oso de anteojos, que se llamará Javier, en memoria de un compañero que falleció hace poco, “Javier Zambrano hizo posible las esculturas porque era soldador y su labor fue de gran ayuda. Con la fabricación del oso, que fue la última escultura que soldó, esperamos rendirle un homenaje”, afirma Juan David.

Más allá de apoyar e incentivar a más jóvenes, Trec Art desea dejar una huella para futuras generaciones para que comprendan que la tierra no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a ella.


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