
En el corazón del barrio Egipto, en la histórica localidad de La Candelaria, un proceso de transformación comenzó a gestarse. “Bonita mi cuadra”, una iniciativa liderada por la Secretaría Distrital de Ambiente en colaboración con actores comunitarios e institucionales, se convirtió en un símbolo de cambio, trabajo colectivo y esperanza para sus habitantes.
El objetivo era claro: mejorar la calidad de vida de los residentes y transeúntes mediante la gestión integral de residuos sólidos y la recuperación de espacios públicos. Pero la meta iba más allá de recoger residuos; era una apuesta por resignificar el espacio público y generar conciencia ambiental y cultura ciudadana.
Un barrio que une fuerzas
Desde el inicio, el proyecto contó con la participación activa de la Junta de Acción Comunal del barrio Egipto y aliados clave como Fundación Kabiros, Fundación Luz y Vida, la Subred Centro Oriente, el Jardín Botánico de Bogotá, la Alcaldía Local de La Candelaria, Promoambiental, y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP). Las instituciones no trabajaron solas; junto con la comunidad, unieron esfuerzos para transformar los puntos críticos de acumulación de residuos, con 18 personas involucradas directamente en el proceso de recuperación.
El gran paso fue intervenir un punto crítico que había sido símbolo de abandono y problemática ambiental. En este lugar, lo que antes eran montones de residuos se transformó en un espacio digno, limpio y libre de desechos, gracias a la labor conjunta de las entidades y la comunidad.
Conciencia a todo nivel
Además de la recuperación física del espacio, “Bonita mi cuadra” se dedicó a sensibilizar a los habitantes del barrio sobre la importancia del manejo adecuado de residuos y el cuidado del espacio público. Con un megáfono en mano, los mensajes recorrieron cada rincón del barrio Egipto, llevando educación ambiental a todas las esquinas. Este esfuerzo masivo permitió llegar directamente a los hogares, reforzando el mensaje de corresponsabilidad con el cuidado del ambiente de la localidad.
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Las voces más jóvenes toman la iniciativa
Un componente especial de “Bonita mi cuadra” fue la jornada de sensibilización ambiental que reunió a 320 estudiantes del colegio ESNALCO (Colegio Escuela Nacional de Comercio), desde los más pequeños de transición hasta los jóvenes de grado once. En una actividad pedagógica llena de entusiasmo, las y los estudiantes aprendieron sobre la importancia del manejo adecuado de residuos y el cuidado del espacio público.
La energía de las niñas, niños y adolescentes se convirtió en el motor de cambio del barrio. Sus voces, cargadas de preguntas y reflexiones, resonaron no solo en las aulas, sino también en el barrio. “Nos enseñaron a cuidar nuestro barrio y no tirar basura. Ahora, cuando veo a alguien hacerlo, le digo que no está bien”, comentó una de las estudiantes de quinto grado.
El resultado: más que un espacio limpio
Al final del proceso, “Bonita mi cuadra” no solo logró recuperar un punto crítico, sino que resignificó el espacio público como un lugar de encuentro y orgullo para la comunidad. Los residentes no solo vieron calles más limpias, sino también el potencial de lo que puede lograrse cuando la comunidad y las instituciones trabajan juntas.
La experiencia dejó una huella profunda. “Bonita mi cuadra” no solo transformó el aspecto del barrio Egipto, sino también la mentalidad de quienes lo habitan. Ahora, el espacio público no es solo un lugar por donde se transita, sino un reflejo de la comunidad que lo cuida.
El barrio Egipto demostró que, con participación ciudadana, colaboración y educación, es posible convertir los desafíos en oportunidades y las esquinas olvidadas en puntos de orgullo. Y así, un barrio brilla gracias a su gente, que decidió que su cuadra merecía ser bonita.