Los estudiantes del colegio Fernando Mazuera Villegas, ubicado en la localidad de Bosa, identificaron que la mayor problemática de su comunidad educativa es el manejo de desechos orgánicos que genera el comedor y cafetería de la institución. Esta situación, resultado de más de 5000 personas generando residuos, no solo afecta al colegio sino también a la comunidad de los alrededores, debido a que los desechos producidos en el establecimiento educativo tienen un impacto en el ambiente.
El grupo de 11 estudiantes identificó que el mal manejo de estos residuos, además de la molestia, genera gases de efecto invernadero como el metano y el dióxido de carbono, “que empeoran la situación del calentamiento global”, dicen.
“Como parte de la comunidad causante y afectada por este problema, decidimos buscar una solución alternativa para esta situación que reduzca la cantidad de desperdicio de residuos orgánicos y a su vez disminuya la cantidad de gases que afectan al medio ambiente. Con este propósito surgió la idea en el marco de las olimpiadas STEM de fabricar bioetanol de segunda generación a partir de residuos orgánicos (cascaras de frutas y verduras). Por ello se construyó un prototipo que respondiera a este fin teniendo los siguientes pasos para su elaboración”, agregan.
Pasos para convertir las cascaras de frutas en bioetano
- Selección: Primero se separan los residuos orgánicos generados en el comedor escolar por el tipo de cascara y se escoge una ( se puede usar cualquier cascara de fruta o verdura, la única diferencia es la cantidad de bioetanol que se podrá extraer de esta).
- Tratamiento de la muestra en el laboratorio: La cascará escogida será sometida a un tratamiento que consiste en cortarla, llevarla a ebullición con agua y luego licuarla, esto se hace para poder romper la lignocelulosa que recubre la fruta y la protege de la fermentación, por ello es necesario tratar de retirarla para sacar el mayor provecho en la fermentación alcohólica.
- Fermentación: Este proceso tarda al alrededor de 7 días dentro de un biodigestor fabricado a partir de dos envases conectados con una manguera. El primero contiene agua y el otro el licuado de las cascaras. (este proceso se hace para liberar el co2 generado en la fermentación al agua del sistema).
- Filtración: Se filtra el jarabe poniendo el licuado fermentado en un embudo con papel filtro para así separar el jarabe del material solido o la cascará licuada (este material es usado en la huerta del colegio como fertilizante). Aprovechando todo el material del proceso.
- Destilación: Por último se lleva el jarabe a destilar ( en esta fase se construyó una cubeta de recirculación de agua para evitar la pérdida del recurso en el proceso de condensación del alcohol ) la cual consiste en someter al jarabe a una temperatura entre 78 y 82 °C (si se supera esta temperatura existe la posibilidad de que se filtren otros alcoholes que no requerimos). Luego se evapora el alcohol, en este caso el etanol; este vapor pasara por el condensador el cual se encarga de enfriarlo y así regresarlo a su estado líquido.
Con este proceso se genera bioetanol perfectamente funcional al 70 % que puede ser usado para fabricar aditivos para carros que funcionan con gasolina, combustible puro, estufas, chimeneas, entre otros. “Además de generar un producto, reducimos el desperdicio de residuos orgánicos buscándoles un uso productivo ayudando a disminución de gases invernadero, generando una producción sostenible que es amigable con el ambiente y responde a los objetivos de desarrollo sostenible de la UNESCO”, afirman.
Estudiantes que participaron en el proyecto:
- Palacios Andrés Cristian
- Culma Andrés
- Garibello Santiago
- Karen Santamaría
- Luisa Villamil
- Erika Vanegas
- Yuliana Madrigal
- Sara Valentina Salazar
- Brayan Martínez
- Docente: Fabian Pineda
