Para contribuir al ordenamiento de la ciudad alrededor del agua, conservar los ecosistemas hídricos, mejorar la calidad de vida de los habitantes de Bogotá y adaptarnos al cambio climático, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá trabaja, con una importante participación social, en la recuperación de 22 importantes quebradas, ríos y canales de la capital. La quebrada Honda es una de ellas.
En esta quebrada, que tiene una longitud aproximada de 1900 metros y que entrega sus aguas a la quebrada Limas, la EAB ha realizado obras de restauración ecológica, manejo paisajístico y gestión social, ambiental y ecoturística. Dentro de las acciones principales, la comunidad puede apreciar la construcción de un sendero en piedra laja de 800 metros lineales, la siembra de 400 árboles y arbustos y el retiro de 845 metros de material vegetal sobrante. Además, esta empresa tiene proyectada la construcción de varios puentes peatonales y de un interceptor de aguas residuales para complementar las obras de saneamiento básico.
El proyecto incluye la recuperación del cauce natural de la quebrada, el cual fue destruido por la actividad humana, y la construcción de estructuras para reducir la fuerza del agua en épocas de lluvia y evitar inundaciones.
En este estratégico punto de Ciudad Bolívar, en el que está proyectada la construcción del parque Illimani y una estación del cable aéreo, la EAB viene trabajando de manera coordinada con entidades como la UAESP y Codensa; y para lograr la apropiación social del territorio viene involucrando en diversas actividades a la comunidad rural, a mujeres líderes, a la población estudiantil, a los vecinos de la quebrada y a los profesionales de las instituciones presentes en el área del proyecto, como la fundación Colombianitos y el colegio José María Vargas Vila.
Hoy, en la quebrada Honda, la gente puede realizar recorridos contemplativos e interpretativos de aproximadamente 0.8 kilómetros de longitud, teniendo en cuenta que tanto la educación ambiental sobre el cuidado del agua, la flora y la fauna como los espacios públicos son vitales para la conservación de estos ecosistemas.
En lo local, la obra beneficia directamente a barrios como Bella Flor, Paraíso y Verbenal, en Ciudad Bolívar, pero también ofrece un gran beneficio a la ciudad al convertirse en un modelo de uso público, que puede replicarse en distintos sectores del territorio y del país, y al constituirse en una intervención estratégica para la adaptación de la ciudad al cambio climático y el ordenamiento del territorio alrededor del agua.
De esta forma, la EAB cumple con la meta de recuperar más de 25 kilómetros de quebradas, junto con sus zonas de ronda, manejo y preservación ambiental, para restaurar y conservar los servicios ecosistémicos de la ciudad y contribuir a la adaptación del territorio al cambio climático.