Bogotá vivió tres días con la mayoría del transporte público colectivo ausente. Según el Distrito solo circuló el 15 por ciento de esta flota, es decir cerca de 1.200 buses, busetas y microbuses, con lo que el aire capitalino se dio un respiro.
Las mediciones realizadas por la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de la Secretaría de Ambiente indicaron que en estos días de paro de transportadores, las estaciones de San Cristóbal Sur, Suba y Carvajal (que mide parte de Kennedy), registraron los mayores descensos de material particulado 2.5, contaminante asociado a la quema de combustibles de la flota de transporte público colectivo.
En San Cristóbal Sur el PM2.5 cayó un 51 por ciento, mientras que Suba y Carvajal bajaron un 28 y un 26 por ciento respectivamente. En promedio, este contaminante del aire disminuyó en los tres días del paro un 5 por ciento.
Bogotá es pionera en la medición del PM2,5, contaminante compuesto por la partículas más pequeñas que alcanzan a ingresar a las vías respiratorias causando enfermedades en la población.
La Secretaría de Ambiente comparó los datos entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre con los del pasado paro de transportes, ya que presentaron condiciones climáticas similares.
Por su parte, el dióxido de azufre descendió un 5 por ciento, registrando “bajas” significativas en las estaciones de San Cristóbal sur (77 por ciento) y Tunal (55 por ciento).
Bajaron las emisiones en el paro de transportadores
Según cálculos de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), con la salida de 7.100 de estos vehículos de transporte público colectivo y la operación total de la flota de los 8.300 que conforman TransMilenio y SITP, las emisiones contaminantes de material particulado alcanzaron una reducción del 45,2 por ciento.
Mientras que en un día de tránsito normal en Bogotá se emiten en promedio 0,55 toneladas de emisiones de material particulado, durante el paro esta cifra cayó a 0,30, es decir 0,25 toneladas de emisiones menos.