Este año en Bogotá ha caído un 44 por ciento menos de lluvia en comparación con años anteriores, lo que prueba que los efectos del fenómeno del Niño están golpeando a la capital, aunque con menor intensidad que en otras regiones del país.
Humedales, zonas forestales, quebradas y canales son los más vulnerables, pero por ahora las alarmas no están prendidas, pues el abastecimiento de agua es suficiente y los entes de emergencias están alerta.
Por ello, EL TIEMPO consultó con expertos y funcionarios del Distrito para que explicaran las posibles consecuencias de este fenómeno que acabaría en marzo del 2016, según el Instituto de Hidrología y Meteorología (Ideam). (Gráfico: ¿Cómo se encuentran los humedales la ciudad?)
El suroccidente de la ciudad ha sido de las zonas que más ha sentido el rigor de la sequía. De acuerdo con el Instituto de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), los humedales Tibanica, La Isla y Capellanía, ubicados en ese sector, se están secando.
El Ideam explica que en la ciudad influyen las condiciones climáticas de la región de la Orinoquia, zona más húmeda y en donde no impacta con fuerza el fenómeno del Niño.
No obstante, las sequías de los municipios aledaños a Bogotá, que están hacia el occidente, influyen en algunos sectores de la capital, por ello los tres humedales mencionados se están secando (ver recuadro ‘Humedales en peligro, entre los riesgos’).
“Bogotá está en medio de la influencia de la Orinoquia y de la región andina (que está hacia el occidente). La humedad que viene del oriente hace que los cerros permanezcan nublados. En cambio, en el occidente, hay una condición más seca”, explicó Christian Euscátegui, jefe del servicio de pronósticos y alertas del Ideam.
Otra de las consecuencias de las sequías son los incendios. De hecho, el Ideam advierte que en los próximos meses el incremento ligero en las temperaturas aumentará las probabilidades de conflagraciones forestales.
Por esto, el Idiger tiene un plan de contingencia para controlar los orígenes de los incendios mediante un sistema de alertas tempranas, en especial en los cerros orientales.
Por otro lado, Javier Pava, director de la entidad, indicó la importancia de evitar arrojar residuos de aguas negras y basuras en los canales y quebradas, puesto que estos desechos generan malos olores y atraen plagas.
Abastecimiento
Sobre el suministro de agua, la empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAB) informó que el abastecimiento del líquido es suficiente para afrontar el fenómeno del Niño.
Incluso, los embalses están por encima del 85 por ciento de su capacidad. “Contamos con 785 millones de metros cúbicos de agua almacenada para tiempo seco”, explicó Mauricio Jiménez, director de la red matriz de la EAB.
Aunque se resaltó el compromiso que deben tener los ciudadanos a la hora de ahorrar agua, así no haya racionamiento. “Tenemos una campaña permanente para informar sobre la importancia de ahorrar agua. Esto no lo hacemos para resolver el fenómeno del Niño, sino para garantizar el suministro de las siguientes generaciones”, aseguró.
Con respecto a las consecuencias para la salud, es clave que los bogotanos tomen medidas de prevención. Por ejemplo, se deben evitar largas exposiciones al sol para proteger la piel.
Por otro lado, la fuerte radiación solar en zonas donde las calles no tienen pavimento o están en mal estado, y se levanta polvo, afecta el sistema respiratorio de los niños y personas mayores (lea el recuadro ‘Prepárese para los cambios del clima’).
También es necesario que los bogotanos se protejan ante los bruscos cambios de clima, así lo afirma Javier Pava, del Idiger: “Podríamos tener días muy calurosos y noches muy frías”.
Por último, el bolsillo es otro elemento que se afectará, pues estas condiciones climáticas impactan las regiones agropecuarias cercanas a Bogotá, pues en enero –y por las heladas– la oferta de alimentos se reducirá, lo que aumentará su precio.
La ciudad tiene 785 millones de metros cuadrados de agua
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAB) entregó un parte de tranquilidad a la ciudadanía, pues el fenómeno del Niño no afectará las cuencas que suministran agua a la capital. Según Mauricio Jiménez, director de la red matriz de la EAB, hay suficiente líquido para enfrentar estas alteraciones en el clima.
En este momento, Bogotá se está abasteciendo del embalse San Rafael, el cual tiene un 37 por ciento de su capacidad.
Esto, en vista de que la represa que generalmente suministra agua a la ciudad, que es el Chuza en Chingaza, está en mantenimiento. La empresa afirmó que a finales de septiembre terminarán los trabajos en Chuza –que está lleno en el 100 por ciento– para que vuelva a funcionar.
Prepárese para los cambios del clima
Afectaciones al ambiente y a la salud traen las alteraciones al clima, generados por el fenómeno del Niño, por ello es clave que implemente en su rutina hábitos para evitar consecuencias.
1. Ahorre agua así no haya época de racionamiento, la conservación del agua es necesaria para otras generaciones.
2. Reduzca a la mitad el tiempo en la ducha y descargue el sanitario solo cuando sea necesario.
3. No arroje basuras o desechos a los cuerpos de agua y canales, puede generar malos olores.
4. Use protector solar y evite largas exposiciones al sol.
5. Esté preparado para cambios bruscos de clima, pues puede llover pero luego salir el sol.
6. No haga fogatas y no use elementos que propicien incendios en zonas forestales.
Humedales en peligro, entre los riesgos
Los humedales Tibanica y La Isla, en la localidad de Bosa, así como el de Capellanía, en Fontibón, se están secando por la falta de lluvias, como consecuencia de los efectos del fenómeno del Niño. Según Javier Pava, del Instituto de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), estos tres entornos ecológicos han recibido intervenciones por parte de entidades como la alcaldía local de Bosa, la Secretaría de Ambiente y el Jardín Botánico. Los trabajos consisten en abastecerlos con agua de otros cuerpos de agua cercanos para evitar un desastre ecológico. En Tibanica, que es el humedal más afectado, están construyendo un sistema de drenaje sostenible para garantizar que el agua que cae a las zonas aledañas se pueda captar y así se beneficie del líquido. (Ver infografía: ¿Como se encuentra la ciudad?)
CLAUDIA PINZÓN