En el suroriente de Bogotá, con una extensión de 626 hectáreas y 30 kilómetros de perímetro, se encuentra asentado uno de los pulmones más grandes de la ciudad: el Parque Entrenubes, el cual debe su nombre a los 3.100 metros de altura.
Además de ser un centro de educación ambiental, productor de aire y agua, conecta a los Cerros Orientales, al Páramo de Sumapaz y a la Cuenca del Tunjuelo, por lo que Guacamayas, Juan Rey y Cuchilla del Gavilán, los tres cerros que lo conforman, son un punto de encuentro para las especies de flora y fauna nativas.
En el año 2000 fue reconocido como Parque Ecológico Distrital de Montaña, y en diciembre de 2003 inauguró la primer aula ambiental, y con ella, iniciaron los procesos de educación enfocados al medio ambiente.
En algunas zonas del lugar se pueden observar las huellas que la explotación minera dejó en el ecosistema. “El Parque Entrenubes ha sido afectado por la minería, esas canteras han sido recuperadas a través de biomantos (una especie de fibra natural que ayuda a controlar la erosión y el sedimento), que revitalizan el suelo recuperando la vegetación. Un claro ejemplo es Juan Rey, antigua zona de extracción minera, que a través de las investigaciones con biomantos fue restaurada”, explicó Clara Triana, administradora del parque.
Los suelos que han sido afectados por la minería y ganadería que antiguamente se realizaba en este lugar son recuperados con la instalación de plantas nativas como salvias, bromelias y orquídeas, que llegan a reemplazar especies exóticas como el eucalipto y el pasto africano, logrando así preservar la flora del parque y brindar un hábitat seguro a las aves, anfibios, mamíferos, reptiles e insectos presentes allí.
La amenaza principal que afecta a Entrenubes son las ocupaciones ilegales, que en este momento ascienden a 10 sectores (cuatro en Juan Rey y seis en la Cuchilla del Gavilán); con las huellas que dejaron las actividades mineras y agropecuarias; y con las consecuencias que ha traído la continuación de estas prácticas por parte de las familias que viven en el parque.
“Todos los actores tienen intereses diferentes en el Parque Entrenubes, las entidades, los líderes, los constructores, los propietarios y las entidades, entonces se debe hacer una gran gestión para encontrar un escenario y concertar los usos del parque, porque desde las comunidades no hay un aprecio a los bienes y servicios ambientales que prestamos”, sostuvo la administradora, explicando a su vez que por esta razón se ha buscado consolidar el parque a través de la compra de predios.
Chiguaza, Hoya del Ramo, Santa Librada y Yomasa, son las cuatro microcuencas hídricas que posee el parque y que permiten el nacimiento de 17 quebradas que atraviesan con sus aguas cristalinas este importante espacio ambiental de la ciudad.
El Parque Entrenubes, a través de su aula ambiental, ofrece a los visitantes diferentes actividades: recorridos por los senderos ecológicos, taller de artesanías, visita al vivero de especies nativas, a la biblioteca, al Punto Vive Digital, en donde las personas reciben capacitaciones en Excel, Word, Power Point, redes sociales y correos electrónicos, todo esto dependiendo de la edad y estado físico de los participantes.