En un área de más de 3.000 metros cuadrados se podrán apreciar cerca de 400 especies, 253 géneros, 100 familias y alrededor de 1.000 individuos vegetales provenientes de diferentes regiones del territorio nacional, en su mayoría amenazadas.
Con una inversión que alcanza los 23 mil millones de pesos, Bogotá contará con un lugar en el que convivirán cerca de 400 especies, 253 géneros, 100 familias y alrededor de 1.000 individuos vegetales provenientes de diferentes regiones del territorio nacional.
Se trata del Tropicario más grande del país, cuya tecnología incorpora principios de bioclimática y topografía para lograr las condiciones de humedad, luz y temperatura propias de cada ecosistema.
“Va a tener un gran invernadero de bosque seco, otro de bosque tropical tipo Chocó y otro es la Amazonía, entonces aquí niños y adultos podrán disfrutar de esa vegetación de nuestros trópicos y sentir ese ambiente, lo que hará que nuestra ciudad sea más civilizada y feliz”, dijo el alcalde Enrique Peñalosa, al dar a conocer los avances de las obras.
Serán 3.747 metros cuadrados rodeados de vegetación amenazada, en donde habrá un circuito de invernaderos con cinco salas de exhibición, en las que se representarán los principales ecosistemas del país en condiciones de riesgo, generalmente, por factores antrópicos.
Laura Mantilla, directora del Jardín Botánico de Bogotá, dijo que “el Tropicario es una construcción de conservación exsitu de especies vegetales de cinco ecosistemas diferentes del país. Tenemos cinco ambientes: el primer Bosque Seco Tropical en la capital, superpáramo, bosque húmedo tropical (Amazonía y Chocó biogeográfico), colección de Plantas útiles CEPAC (Colecciones especializadas para la Conservación) y el biodiversario”.
De la misma forma, contará con una zona de exposiciones y una adicional de representación de lo que es el superpáramo, el cual se convierte no solo en el más grande del país, sino de la región, según expresó la directiva.
La estructura cuenta con sistemas de riego controlados por nebulización en los ambientes selváticos, apertura remota de ventanas para el control de la temperatura, sistema de riego automatizado para garantizar las condiciones de humedad de los ambientes, ventilación bioclimática y el uso de luz natural combinada con sistemas de iluminación de alta eficiencia, que permiten ahorrar hasta un 60 por ciento de energía.
El Tropicario no contará con equipos de ventilación mecánica, excepto en el espacio de superpáramo, en el cual se requiere simular temperaturas muy bajas; los demás espacios tendrán ventilación natural por medio de las ventanas de apertura programada.
Frente al tema, el secretario de Ambiente, Francisco Cruz, manifestó que esta obra es parte de lo que está haciendo la administración distrital por hacer de Bogotá una ciudad sostenible. El espacio está dispuesto para la investigación, educación ambiental, cultural y la formación de valores ciudadanos con responsabilidad hacia la conservación y la valoración del patrimonio vegetal colectivo.