Según la Secretaría de Ambiente, 22 establecimientos están bajo la mira por no cumplir con la normativa de vertimiento de aguas residuales.
En Bogotá hay cerca de 92 lavaderos de carros que han solicitado permiso para operar ante la Secretaría de Ambiente y 22 de ellos están bajo la mira por no cumplir con la normativa de vertimiento de aguas residuales. De ellos, solo a 12 se les ha otorgado o renovado la autorización para que puedan funcionar.
Este es un requerimiento necesario para que el agua con jabón y otros residuos que salen luego de lavar un vehículo no vayan a los desagües de la ciudad y contaminen o afecten la red de alcantarillado. Según los datos de la entidad, un establecimiento está en proceso de trámite para otorgarle el visto bueno mientras que a otros 11 se les ha negado la solicitud, en expedientes que datan desde el 2006.
Además, 24 de ellos han desistido de adelantar el trámite mientras que de 35 no se precisa qué ha sucedido, según la información suministrada por la entidad.
De hecho, en un recorrido realizado por el diario El Tiempo en las localidades de Fontibón y Engativá se evidenció que aún hay recelos a la hora de hablar de permisos de operación. Por ejemplo, en un establecimiento ubicado en el barrio Modelia, el administrador del lavadero de carros se negó a dar una entrevista a este diario, porque aseguró que estaba operando sin la autorización de vertimientos, que expide la Secretaría de Ambiente.
En otro lavadero, ubicado por el barrio Sauzalito, el propietario señaló que por el mal parqueo de vehículos frente a su establecimiento, los vecinos de la zona habían puesto una querella, y decidió no referirse al tema de permiso de vertimientos. El propietario de un tercer establecimiento ubicado en la misma zona también se negó a hablar con el diario para conocer cómo operaba el reciclaje de agua en su lavadero.
Consumo de Agua:
La Empresa de Acueducto y Acueducto de Bogotá explicó que la ciudad está dividida en dos categorías a la hora de hacer el cobro de consumo de agua. Una es para los predios residenciales y la otra, para los comerciales. En esta última se encuentran los lavaderos de carros, por lo que no es posible definir con exactitud cuánto líquido consumen, pues, como cualquier establecimiento, ellos pagan por lo que gastan.
Sin embargo, el administrador de un lavadero ubicado en el barrio Normandía (Engativá) que prefirió no revelar su nombre dio luces sobre el tema.
Al día llegan a lavar entre 30 y 40 vehículos, a los cuales se les cobra una tarifa de entre 15.000 y 24.000 pesos por el servicio. Con este volumen de trabajo, pagan entre un millón y medio y dos millones de pesos cada dos meses, que es cuando llega el recibo de agua y alcantarillado.
Ignacio Ruiz, gerente de Lavafante, una de las compañías que opera de manera legal y que implementa un sofisticado sistema de reciclaje y limpieza de agua, explicó que en sus instalaciones se tiene calculado que por cada carro se tardan en su lavado, en promedio, ocho minutos. Por cada minuto se utilizan diez litros de agua, para un total de 80 litros. Sin embargo, solo 6 de ellos son de agua limpia. La demás es reciclada.
Regulación:
Este ahorro de agua se debe a que en la capital se tiene el Decreto Único Reglamentario 1076 de 2015, en el que cada lavadero de vehículos debe solicitar un permiso de vertimientos ante la Secretaría de Ambiente. Para que este sea concedido, deben cumplir con requisitos legales y técnicos.
Dentro de los técnicos “se encuentra una caracterización fisicoquímica de las aguas residuales, la cual para garantizar su representatividad debe ser tomada por un laboratorio acreditado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y ser remitida para su evaluación a la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA)”, explicó la entidad.
Estos resultados deben cumplir los estándares fijados en las resoluciones 631 de 2015 (del Ministerio de Ambiente) y 3957 de 2009 (de la Secretaría de Ambiente), sobre cargas contaminantes, registro de vertimientos, entre otros.
Cuando estas aguas contengan jabón, los propietarios deberán presentar el análisis y reporte de Sustancias activas al azul de metileno, “mejor conocido como (Saam), el cual para el Distrito Capital no puede exceder los 10 miligramos/litro (mg/L)”, indicó la SDA.
Para que este y otros 53 requisitos sean cumplidos, los lavaderos de carros deben implementar sistemas de rejillas y filtros multimedios para captura de sólidos, y en algunos casos tratamientos fisicoquímicos para la remoción de sustancias en suspensión.
Lavaderos como Lavafante cuentan con ellos, según explicó su gerente, Ignacio Ruiz. “Nosotros montamos plantas sofisticadas, para que el administrador no esté encima sino que opere automáticamente”, señaló.
Indicó que el sistema de su planta de tratamiento arranca debajo de cada carro donde hay “unos pozos grandes, donde cae el agua sucia, para que comience el proceso de sedimentación. Estos contienen una trampa de sólidos y se repite nueve veces en cada lavadero. Seis de esos procesos son de sólidos y los últimos tres, para retirar las grasas. El agua que sale va a un tanque que pasa por un filtro de carbón activado y otros químicos para llevarlo a un tanque de agua reciclada que es la que se implementa para lavar los carros”, indicó el gerente.
Por no cumplir con esta norma, hoy la Secretaría tiene 22 procesos abiertos contra lavaderos de carros que van muy avanzados, aunque ninguno ha fallado, porque están en el debido proceso para emitir un fallo.
“El incumplimiento de los estándares de calidad para los vertimientos, así como del permiso de vertimientos, dará lugar a la imposición de medidas preventivas, sanciones y medidas compensatorias consagradas en los artículos 36, 40 y 31, respectivamente de la Ley 1333 de 2009”, señaló la SDA.