Distrito anunció que además se remodelarán otros 100 espacios. Ya se adelantan obras.
En la actualidad, Bogotá cuenta con 5.029 parques, entre zonales, barriales y metropolitanos. A esta cifra se le sumarán 64 más, nuevos, entre el presente año y finales del 2019.
Ese fue el anuncio de la Alcaldía Mayor, que además remodelará 100 de los ya existentes. En el desarrollo de esta política se invertirán 350.000 millones de pesos durante el cuatrienio de Enrique Peñalosa.
¿De dónde saldrá el espacio para construirlos, en esta ciudad en la que no abunda el suelo disponible?, inquirió Fabio Zambrano, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional.
Al respecto, el director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), Orlando Molano, explicó que la mayoría de las obras se adelantarán en predios que fueron adquiridos por el Distrito durante la primera administración de Peñalosa, y que permanecieron sin uso durante 12 años. Otros serán adquiridos a través de la figura de plusvalía, que, en palabras sencillas, es lo que le pagan las constructoras a la ciudad cuando levantan grandes conjuntos residenciales, para compensar con espacio público su impacto en el urbanismo.
Los 350.000 millones en mención fueron aprobados dentro del Plan de Desarrollo que tramitó el Concejo a principios de este año. De igual forma, la Alcaldía está autorizada para echar mano de figuras como las asociaciones público-privadas (APP) para financiar el mantenimiento, administración y operación de parques y escenarios.
“En estos lugares habrá actividad física, para que no se los tomen quienes no deben. Por eso la visión que tenemos con el alcalde es de parques que ofrezcan la posibilidad de ejercitarse a niños, adultos y personas con discapacidad física”, precisó Molano.
Para Mauricio Wiesner, asesor experto en medioambiente, Bogotá presenta fenómenos de ‘islas de calor’, que son marcadas diferencias de temperaturas entre unas zonas y otras, aspecto que se puede minimizar “cuando hay zonas verdes que generan más sombras y ayudan a disminuir y controlar la entrada de luz (solar)”.
Tanto el suroccidente como el suroriente de la ciudad son las ubicaciones donde más evidentes son estas ‘islas’, razón por la cual el experto indica que allí deben ubicarse varias de las nuevas instalaciones, en las que “no pueden faltar árboles junto a la infraestructura recreativa, para generarles mejores ambientes a los ciudadanos”, agregó Wiesner.
Cabe recordar que esas zonas son las mismas donde hay menos áreas verdes por habitante. El director del IDRD respondió, sobre estos puntos, que “se construirán en toda la ciudad, incluidos los estratos de más bajos recursos, especialmente, en las localidades de Bosa y Kennedy”.
De hecho, entre enero y octubre la Administración ha mejorado las condiciones y servicios de 45 parques distritales. En este propósito se invirtieron 3.500 millones de pesos. Algunos de estos fueron el San Andrés (Engativá), Los Naranjos (Bosa) y el campo de fútbol en el estadio del barrio Olaya Herrera, entre otros.
Para meterles mano de forma prioritaria, el instituto cruzó datos con la entonces Subsecretaría de Seguridad, y así determinaron cuáles estaban en condiciones críticas.
El IDRD aclaró que de los 5.029 parques existentes, solo 95 dependen de la entidad de manera directa, por una decisión de la pasada administración, que les entregó el resto a las alcaldías locales. Por eso, otro de los propósitos es entregar conocimiento técnico a estas instituciones, para que mejoren la gestión.
Parques como el Gilma Jiménez, que se emplazará en el sector de Las Margaritas (Kennedy), Zona Franca (Fontibón), La Victoria (San Cristóbal), Gustavo Uribe Botero (Chapinero) y Colsubsidio (Suba) ya están en diseño y construcción.
“Algunos de los nuevos parques podrían hacerse en las culatas que quedaron tras la ampliación de la calle 26, por ejemplo, frente al Cementerio Central. En París, por ejemplo, hay numerosos sitios barriales que resultan de esos espacios: pequeñas esquinas con bancas, arborización y espacio para estar”, reseñó Fabio Zambrano.
“En la primera administración de Peñalosa (1998-2000) se hizo una labor magnífica, que fue construir parques donde no había y dotarlos a todos, en el norte y el sur, con los mismos implementos, en un gesto muy democrático. Esta vez, antes de construir, no debe faltar el contacto con la comunidad barrial, que no sea una intervención externa, sino una construcción con la comunidad, que se le tenga en cuenta; y, de nuevo, todas las zonas deben contar con elementos similares”, agregó el académico.
Lo que sugiere Zambrano puede integrarse en la tendencia ‘placemaking’, que nació en Estados Unidos y se ha difundido por Europa y algunos países de Asia y África. Se trata de la intervención y determinación directa de los ciudadanos en la forma en que se diseñan sus barrios y localidades.
“Vamos a construir unos parques maravillosos y seguros, donde niños, jóvenes y familias puedan disfrutar de equipamientos dinámicos, modernos e iluminados para la recreación y el deporte”, finalizó el alcalde Peñalosa