Los humedales de Bogotá se encuentran asediados por 65 especies de plantas invasoras, por tal motivo se busca promover en la comunidad la recuperación de estas zonas.
En ese orden de ideas, la Universidad Nacional de Colombia, a través del Grupo de Restauración Ecológica del Departamento de Biología, y con el apoyo de la Secretaría Distrital de Ambiente, dio a conocer dos publicaciones que actúan como guía de las plantas foráneas y un instructivo para siembra de vegetación nativa.
Los libros son: Catálogo de plantas invasoras de los humedales de Bogotá y Protocolo de propagación de plantas hidrófilas y manejo de viveros para la rehabilitación ecológica de los parques ecológicos distritales de humedal.
Estos documentos fueron parte del resultado realizado en el marco del convenio de investigación y tecnología que tuvo el gobierno distrital con la Alma Mater, cuyo desarrollo fue liderado por el profesor Orlando Vargas y un equipo de investigadores.
Los humedales son ecosistemas de transición entre lo terrestre y lo acuático que albergan nutrientes en los suelos circundantes y traen consigo humedad y agua contaminada.
Eso los lleva a ser un escenario potencial para plantas invasoras, las cuales son conocidas como la segunda causa de extinción de especies en el mundo, asegura Orlando Vargas, docente de la UN.
El académico, en su investigación, muestra que es la mano del hombre la que ha generado este fenómeno a través de procesos como la agricultura, la urbanización, la ganadería, la construcción de caminos, carreteras, entre otros.
¿Cuáles son las plantas invasoras presentes en los humedales de Bogotá?
El catálogo de plantas invasoras no solo muestra su definición e historia, sino que también presenta la clasificación y ubicación de cada especie.
En la publicación aparecen clasificadas las invasoras en los humedales, las potencialmente invasoras y las especies de precaución. De acuerdo con el profesor Vargas, entre estas hay dos plantas que son las más agresivas: el pasto Kikuyo y el retamo espinoso.
La primera es muy útil para las vacas, pero es un peligro cuando sale de las fincas. La segunda, es la planta más extendida en los cerros de Bogotá, forma parches o manchas que devoran todo lo que encuentran y homogenizan cada ambiente al que llegan.
Por su parte, el protocolo de propagación muestra información de la vegetación en los humedales, los métodos de propagación vegetal nativa, incluido un vivero, estudios de caso y recomendaciones de conservación.
Para la propagación se usaron 12 plantas autóctonas acuáticas emergentes, como la cótula, el clavito de agua, entre otras. Rehabilitar este paisaje requerirá apoyo tanto de la sociedad, como de las autoridades correspondientes”, concluye Orlando Vargas.