Con tan solo el 15 por ciento de la flota de transporte público colectivo transitando por Bogotá (tan solo 1.200 buses, busetas y microbuses “viejos” de los 8.382 que la conforman), Bogotá se dio un respiro en el primer día del paro de transportadores.
Según cálculos de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), con la salida de 7.100 de estos vehículos de transporte público colectivo y la operación total de la flota de los 8.300 que conforman TransMilenio y SITP, las emisiones contaminantes de material particulado alcanzaron una reducción del 45,2 por ciento.
Mientras que en un día de tránsito normal en Bogotá se emiten en promedio 0,55 toneladas de emisiones de material particulado, el primer día de paro esta cifra cayó a 0,30, es decir 0,25 toneladas de emisiones menos.
“Esto evidencia que la flota de transporte público colectivo es la que más contamina el aire capitalino, razón por la cual es necesario aplicar medidas como el pico y placa, no solo para mejorar la movilidad, sino la calidad ambiental de la ciudad”, apuntó Susana Muhamad, Secretaria Distrital de Ambiente.
Al año, Bogotá genera 164,03 toneladas de emisiones de material particulado, de las cuales el 53,3 por ciento corresponde a los 8.382 buses, busetas y microbuses (87,4 toneladas al año).
El 46,7 por ciento restante está asociado a los 8.300 vehículos de TransMilenio y SITP, con 76,6 toneladas.
Mejoras ambientales con el pico y placa
Con la medida de pico y placa para el transporte público colectivo, a diario deben salir de circulación el 20 por ciento de este parque automotor cada día, es decir cerca de 1.600 vehículos.
Bajo estas condiciones, y con la flota de TransMilenio y el SITP circulando normalmente, según cálculos de la Secretaría de Ambiente se espera obtener una reducción del 8 por ciento de la emisión de material particulado al año.
Este contaminante se reduciría en 13,5 toneladas, al pasar de 164,03 con la flota normal a 150,54 con el pico y placa.