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El muro ecológico que conquistó a Google, la ONU y el Foro Mundial del Agua

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8 colegios públicos de Bogotá lideran una novedosa propuesta para preservar el agua, la cual ha recibido reconocimientos internacionales de Naciones Unidas y Google por su impacto positivo con el ambiente. Un proyecto que es ejemplo para la ciudad y el mundo. #SemanaDistritalAmbiental

Un fuerte aguacero es motivo de felicidad para los estudiantes de 8 colegios oficiales de Bogotá, que encontraron en las nubes sus mejores aliadas.

Cada gota es sagrada y gracias a un novedoso sistema de recolección y purificación del agua, cada vez que llueve almacenan ¡648 litros! Más de media tonelada del precioso líquido que puede ser usado para diversas tareas de aseo y riego.

La ‘magia’ sucede con 216 botellas recicladas de 3 litros cada una, montadas sobre una estructura metálica. A eso se le suma el compromiso y la responsabilidad ambiental de cientos de estudiantes.

¿El resultado?

El aplaudido internacionalmente ‘Ekomuro H2O+’. Una iniciativa única en Bogotá, creada por el arquitecto y esposo de una maestra del Distrito Ricardo Alba, que ayuda a la transformación de la educación ambiental en torno al ahorro del agua en los colegios oficiales de Bogotá.

Una idea innovadora para el aprovechamiento de los recursos naturales, que ha sido reconocida en eventos mundiales como el Séptimo Foro Mundial del Agua, realizado el pasado mes de abril en Corea del Sur, donde recibió el primer lugar.

¡Todos por el agua!

En el colegio Alfonso López Michelsen de Bosa, el muro ecológico se encuentra oculto tras un alegre mural que ilustra las nubes, el mar y las montañas, como lo muestra Nancy Torres, la profe de ciencias responsable de hacer realidad esta propuesta ambiental.

“Hoy vamos a utilizar el agua que recolectamos en nuestro muro. Vamos a recogerla para regar nuestro jardín”, les dice Nancy a niñas y niños del grado primero frente a la estructura de botellas, en el lugar en donde aprenden sobre el ciclo del agua y la cultura del buen uso.

Juan Felipe Panqueva, uno de los chiquitines de 6 años, asegura que detrás de los dibujos están los ‘tubos’ que traen el agua del cielo. “El agua nos sirve para tomar, lavar, pero además, es muy importante cuando mi mamá va a hacer almuerzo” dice, a la expectativa de que abran la llave.

Junto a él está Mélany, acurrucada y preparada con el balde en la mano para recibir los primeros chorros que brotan tras girar la manivela. “¡Cuidado con el agua!”, exclama, tras ver que está a punto de regarse e intentar recogerla con sus manos.

Como Juan Felipe y Mélany, los profesores, estudiantes y colaboradores del colegio Alfonso López Michelsen saben sobre la utilidad del ‘Ekomuro H2O+’. Si bien el agua recogida no es apta para el consumo humano, puede utilizarse para regar las plantas y realizar todas las labores de limpieza del colegio, entre otros beneficios.

“Tenemos que recoger la lluvia. Ese es el mensaje más importante que queremos transmitir”, asegura la profe Nancy.

Del ahorro tradicional al sistematizado

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Muchos de los estudiantes tienen en sus casas formas de ahorrar este recurso natural, explica Nancy, como reutilizar el agua de la lavadora, recogerla en tanques o bajar la cisterna con menor periodicidad.

Sin embargo, estos métodos no contemplan la mayor reserva de agua que existe: las nubes. Tanto a Nancy, como a Ricardo –su esposo y compañero en esta lucha ambiental–, les aterra la cantidad de lluvia que cae en Bogotá y que podría utilizarse para el beneficio de los hogares y las comunidades.

Así surgió la idea de construir un muro ecológico, que consiste en una estructura vertical en el que botellas de gaseosa de tres litros se reutilizan y se conectan entre sí para que el agua de los techos pase a través de las canales hasta lograr el llenado completo de los envases.

Una idea que además del reciente premio en el Foro Mundial del Agua, ha sido protagonista en la ‘Feria de la Ciencia Google 2012’, el ‘Eco Reto Pepsico’, el premio ‘Science in Action de Scientific American’, el ‘Premio Internacional de Dubái de Mejores Prácticas para Mejorar las Condiciones de Vida’, otorgado por las Naciones Unidas, en el que clasificó como finalista en 2014.

Entre los estudiantes más empoderados de este proyecto se encuentra Miguel Cortés, miembro del comité ambiental, quien recuerda cómo los alumnos participaron en la elaboración e instalación del muro y señala que el ahorro del agua que realizan en el colegio también podría realizarse en su hogar.

Pero el impacto va mucho más allá del ahorro en la factura del agua y de la educación ambiental, pues lo cierto es que el mundo entero se enfrenta a grandes desafíos en materia de abastecimiento y calidad del agua, y el aprovechamiento de aguas lluvias es una excelente alternativa para salvar el recurso y asumir esta carencia en un futuro.

“El agua es como nuestro oxígeno: es un manantial de vida. No podemos existir sin él, por eso tenemos que protegerlo. En clase hablamos de que podría haber una próxima guerra mundial por el agua, por lo que todos debemos recapacitar sobre el uso que le damos”, asegura el joven de grado 10°.

Como el Alfonso López Michelsen, los colegios Nicolás Esguerra, Antonio José de Sucre, Marruecos y Molinos, Torca, El Verjón, Luis Vargas Tejada y Sorrento, también fueron pioneros en la implementación del ‘Ekomuro H20+’ en sus instalaciones, como una propuesta pedagógica para la reutilización de los residuos sólidos y el aprovechamiento de aguas lluvias.

El llamado, para todos los que deseen asumir la responsabilidad y sumarse, es tan claro como el agua pura:

“El abuso del agua debe detenerse. Es el recurso más preciado para la humanidad, por lo que todos los colegios deben implementar un sistema de recolección de aguas lluvias, sencillo en su instalación y explicación, en beneficio de nuestra ciudad”, concluye la profesora Nancy Torres.


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