El control de ruido es tarea de todos. Este es el mensaje que envía la Secretaría de Ambiente en el marco de la celebración del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, en el que se destaca el llamado al trabajo conjunto entre los establecimientos generadores, las instituciones y los ciudadanos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico -OCDE recomienda en áreas urbanas un nivel de ruido ambiental no superior a los 65 dB(A), lo que equivale a, más o menos, el sonido de una conversación en un sitio público o el de una aspiradora percibido a un metro de distancia.
Los datos de los mapas estratégicos de ruido del Distrito indican que casi el 60 % de la ciudad tiene niveles por debajo de este porcentaje, mientras que el restante está por encima. Es importante resaltar que el ruido tiene un riesgo ambiental que repercute en la salud de las personas.
El ruido está asociado a varias actividades de la vida cotidiana, de allí que este sea uno de los temas ambientales por el que más se ven afectados y se quejan los bogotanos.
Los generadores de ruido son quienes tienen el deber de cumplir con las normas ambientales para evitar algún tipo de afectación en el entorno. Por esto, al iniciar una actividad económica deben verificar los estándares máximos permisibles (Resolución 0627 de 2006) y ejecutar obras que ayuden a controlar y mitigar los niveles de emisión.
Es responsabilidad de los dueños de los establecimientos no exceder los estándares máximos permisibles de emisión según la ubicación, informarse y verificar que estén cumpliendo con la normatividad tanto en materia de ruido como en temas urbanísticos y de uso de suelo.
Vale la pena recordar que la autoridad ambiental de Bogotá realiza acciones de evaluación, control y seguimiento a establecimientos de comercio, industria y servicios, cuando la emisión de ruido afecta el ambiente, es decir, que trasciende al espacio público y puede ocasionar un daño ambiental; pero no tiene competencias para controlar los conflictos por ruido al interior de los predios privados (convivencia).
Es así que la autoridad ambiental realiza mediciones de ruido a estos establecimientos, ubicados en el perímetro urbano de la ciudad, con el fin de evaluar el cumplimiento de la normatividad. Muchas de las denuncias ciudadanas son el resultado de no acatar las normas urbanísticas y varias de estas actividades se desarrollan en sitios que están destinados para otro uso, por ejemplo, el residencial.
Es importante mencionar que el control del ruido ocasionado por la actividad del aeropuerto El Dorado es competencia de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y de la Aeronáutica Civil. Asimismo, los sonidos derivados de una riña, de un vecino ruidoso, de altavoces promocionado productos (perifoneo), o el generado por mascotas corresponden a temas de convivencia y la resolución de estos casos están a cargo de la Policía y las alcaldías locales.
El control del ruido es responsabilidad de todos los ciudadanos. Los buenos hábitos como hablar en un tono de voz moderado, no escuchar música a niveles altos, realizar una conducción ecológica, movilizarse de manera sostenible y mantener una sana convivencia ayudarán a mejorar el paisaje sonoro de Bogotá.
La Secretaría de Ambiente invita a todos los establecimientos de industria, comercio y servicios a que hagan su práctica empresarial cumpliendo la normatividad vigente en la materia, y a todos los ciudadanos a mejorar los hábitos de vida para lograr tener una Bogotá más tranquila y silenciosa.
SDA