Observando la capa de smog cada día más densa y permanente sobre nuestra ciudad, y los altos volúmenes de humo negro que despiden los vehículos cuyos motores funcionan con diesel, no cabe duda que en el proceso de disminución del contenido de azufre se incrementa el de sustancias productoras de micorcenizas. Los andenes, calles, edificios y muy seguramente nuestros pulmones y bronquios serán muy pronto tizones moribundos por bronconeumonía y otras más dañinas.