Contaminación visual: cableoperadores y telemáticos se pasan por la faja la estética urbana.
El espacio aéreo urbano de Bogotá se está perdiendo bajo una maraña de cables que, sin orden ni control, invaden los postes, atraviesan las calles y cruzan las fachadas, sin importar el lujo o la humildad de sus edificaciones. Parecen redes de tugurios .
Son las telarañas que han creado algunas empresas que prestan servicios de televisión por cable, telefonía e Internet en la ciudad.
Se trata de malos tendidos que crecieron sin tener en cuenta la estética urbana, como lo confirmó un recorrido de ELTIEMPO.COM en puntos como la calle 80 con carrera 16A; calle 93A con carrera 16; calle 101 con carrera 47; avenida La Esperanza con carrera 75; calle 81 con carrera 73; carrera 47 con calle 101. En los barrios del sur, los cables forman árboles de navidad en mitad de la vía, como en la calle 57B con 18D sur.
Esta contaminación visual no es más que la consecuencia de que ni el mismo Distrito sabe qué autoridad debe controlar tales tendidos. Así lo admitió la propia Unidad de Servicios Públicos (UAESP).
Según algunos expertos consultados, esa responsabilidad la tiene el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), de acuerdo con el Decreto 1192 de 1997, de la Alcaldía Mayor. Otros dicen que la regulación y control quedaron en manos de la nueva Agencia Nacional de Televisión y de la Comisión de Regulación de Comunicaciones, que hasta ahora están organizándose.
Mientras tanto, cuando se les pregunta a los cableoperadores quién es la autoridad, afirman que Codensa.
Esa respuesta obedece, sencillamente, a que de los 550.000 postes instalados en Bogotá, Codensa es dueña de 400.000 y alquila 200.000 a empresas de televisión y telecomunicaciones. ETB, propietaria de otros 111.613 postes, afirma que no los alquila, porque no es su negocio.
La portavoz de Codensa, Cristal Otálora, explicó que las empresas de servicios domiciliarios por ley tienen la obligación de permitir el uso de la infraestructura eléctrica, siempre y cuando las condiciones lo permitan. Y agregó que la compañía tiene una norma técnica y otras exigencias que deben cumplir quienes usan tal infraestructura.
Hay supervisiones aleatorias en los trabajos de instalación -explica Otálora- y se vigila que las empresas cumplan con las especificaciones técnicas y de seguridad, para que no pongan en riesgo la prestación del servicio de energía o a las personas. Pero la maraña de cables sigue y se multiplica.
El Plan de Ordenamiento Territorial ordenó que las empresas de servicios con infraestructuras deben tener un 35 por ciento del total de sus redes subterráneas, antes del 2019. Codensa asegura que ya tiene el 32 por ciento.
Telmex y Cablenoticias, por ahora, no se pronuncian.
LUCEVÍN GÓMEZ E.
Redactora de EL TIEMPO
lucgom@eltiempo.com
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