La reserva Thomas van der Hammen es el pulmón verde del norte de Bogotá y es fundamental para garantizar la conectividad de los Cerros Orientales con el río Bogotá, así como con los cerros de Cota y Chía.
La propuesta de POT la protege integralmente y no permitirá el endurecimiento, ya que su protección es innegociable. Las 1.395 hectáreas de la reserva Thomas van der Hammen ya se consolida con acuerdos de conservación y otras estrategias para su restauración y manejo. Así, será el ecosistema protegido de mayor importancia en un borde de ciudad de América Latina.
No hay ninguna propuesta ni proyecto para sustraer o cambiar los límites de la reserva; todo lo contrario: dentro del ordenamiento se están dejando claros los regímenes de uso, que deben estar acordes con el plan de manejo.
Como muestra del compromiso de la Administración de la alcaldesa Claudia López con este ecosistema, se tomó la decisión de no construir la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) en su tramo norte, porque fragmentaba la reserva y afectaba directamente el bosque de Las Mercedes, único relicto del bosque antiguo que ocupaba la planicie del río Bogotá.
Además, la ALO norte impactaba de manera negativa los humedales La Conejera y Juan Amarillo, el borde del río Bogotá, quebradas y canales, y alteraba los ecosistemas.
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Este sería un daño irreparable que perjudicaría la calidad ambiental y el patrimonio natural de los bogotanos. Hay alternativas de movilidad para el norte de la ciudad como la ampliación de la Autopista Norte, la Carrera Séptima, la Avenida Boyacá y la Guaymaral. Adicionalmente, habrá un sistema férreo como RegioTram y Metro; y, para el transporte de carga, existe como alternativa la vía de la concesión Devisab.
Este POT busca un equilibrio para reverdecer la ciudad.