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La guerra diaria contra una ciudad empapelada

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Más de 50.000 elementos se han retirado de las paredes de Bogotá este año.

Al día, cerca de 390 afiches, vallas, pendones y pasacalles que contaminan visualmente fueron retirados en la capital durante los primeros cinco meses de este año. El total, entre febrero y mayo, es de 58.988 elementos de publicidad exterior visual que fueron eliminados.

Esta cifra supera el número de piezas decomisadas en los primeros seis meses del año pasado, cuando se llegó a más de 15.000. Pero hay una constante: los afiches son los que más tienen que arrancar de las paredes las entidades distritales.

Uno de los puntos que con frecuencia se veía lleno de avisos como ‘Enseño a bailar’ o ‘Dicto clases de inglés’, entre otros, era el puente vehicular de la calle 92 con avenida NQS, y que hoy, como lo comprobó EL TIEMPO en un recorrido, se encuentra libre de esta publicidad ilegal, aunque no de rayones ni grafitis en las paredes.

Además, los muros y columnas del puente vehicular de la calle 80 con carrera 68 eran otros de los lugares en los que los afiches eran pegados con frecuencia, y hoy, al igual que el espacio anterior, están limpios, aunque con garabatos en la pared.

Parte de esta situación se debe a que, desde el año pasado, las empresas que contribuían a que se replegara la publicidad exterior visual instalada de manera ilegal fueron vinculadas a procesos sancionatorios por la Secretaría de Ambiente, en coordinación con Bomberos, Policía Nacional y Secretaría de Movilidad.

Multas millonarias:

Eso quiere decir que a estas ocho empresas privadas se les impuso una medida preventiva porque las encontraron en flagrancia instalando toda clase de publicidad visual a través de un tercero, y por eso tuvieron que pagar $ 283 millones.

Este año, el número de particulares a quienes se les abrió un proceso sancionatorio subió a 30, cuyos comparendos se acercan a los $ 876 millones, de los cuales, cinco multados ya le desembolsaron al Distrito $ 55 millones.

Los demás procesos siguen su curso, dado que se deben cumplir unos tiempos normativos: indagación preliminar, el inicio sancionatorio, los pliegos de cargos, los descargos, la etapa probatoria, la decisión y el recurso de reposición contra la sanción. Cada caso, según explicó la Secretaría de Ambiente, puede durar entre 1 y 4 años, “dependiendo la complejidad y cúmulo de expedientes”, aclaró la entidad.

Percepción ciudadana:

Para los peatones que transitan por los túneles de la calle 63 con carrera 68, otra de las zonas que vivía empapelada, la situación ha mejorado. Allí también se encuentran grafitis, pero los afiches pegados en las paredes de ambos lados desaparecieron.

Aun así, en los alrededores, Diana Yicel Franco, habitante del barrio Normandía, afirmó que se han intensificado los operativos de retiro de pauta ilegal, pero que algunas personas vuelven a instalarla.

Lo mismo opinó un ciudadano, a través de Twitter, quien señaló que, pese a las acciones del Distrito, aún se pueden apreciar pendones en “la avenida 19, entre la 127 y la 151. También en la 140, entre avenida 19 y 7.ª lleno de pancartas y ventas ambulantes”, indicó el perfil @ElSuperojo.

Puentes con grafitis:

Pero si en la guerra contra los afiches se avanza, en la de los grafitis hay incertidumbre por los vacíos en las normas.

Según la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, que ha manejado el Comité Distrital para Fomento del Arte Urbano y Grafiti Responsable, esta práctica está regulada por el Decreto 529 del 2015, en el que se estipulan las zonas en las que está permitida y en cuáles no.

Señalaron que en este comité, y en las mesas que se adelantan en las localidades, se han hecho trabajos para sensibilizar a los artistas o aficionados para que eviten afectar fachadas de viviendas sin autorización, bienes patrimoniales o las estructuras de los puentes vehiculares y peatonales de la capital.

No obstante, aclararon que el Decreto 529 autoriza la práctica en las zonas bajas de los puentes, como se encuentran en algunas de las principales avenidas de la ciudad.

Así las cosas, los afectados aún no saben a quién acudir cuando esta actividad afecta su patrimonio.

‘No nos oponemos a una Bogotá limpia, queremos regulación’:

Adolfo Ayala es el vocero de la empresa Carteles Bogotá, dedicada al sector de las artes gráficas, y que ofrece, entre uno de sus servicios, la impresión de afiches en la ciudad.

Explicó que junto con miembros de su gremio se han reunido en cuatro mesas de trabajo con el Distrito para dialogar sobre esta industria y sobre la instalación de las piezas comunicativas en la ciudad.

“Son efectivas y es publicidad mucho más asequible para los eventos y grupos que no tienen para pagar los costos en la pauta de medios masivos, por eso acceden a los carteles”, explicó.

Ayala aseguró que detrás de esta industria “no solo está el artista o la obra a la que se le hace publicidad, sino también el que imprime, el que diseña, la agencia de comunicación, el que los pega (…), es decir, una cadena que genera empleo”.

Agregó que no se oponen a una ciudad limpia, “por el contrario, lo que le pedimos al Distrito es regulación, como lo hacen las grandes ciudades del mundo, porque ha habido fallas de los privados, claro, y del sector público”.

Según señaló, lo que se ha propuesto a la Administración Distrital es que se ubiquen zonas en las que se permita pegar afiches de promoción de eventos en puntos específicos, y que así mismo se le retribuya al Distrito por los espacios. Estas mesas se han realizado con apoyo de la bancada del partido ‘verde’, según indicó Ayala.

Mientras la situación se resuelve, el nuevo Código de Policía, que rige desde del 31 de enero, estipula multas de entre 1,5 y 40 salarios mínimos legales vigentes, por la instalación de afiches, pancartas, vallas o pendones en el espacio público sin la autorización de las entidades distritales o locales.


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